jueves, 5 de septiembre de 2013

Alguien ha entrado

Había alquilado con mis amigos una casa pegada en la playa para sobrevivir al Arenal Sound. Ya llevábamos tres días disfrutando del festival. Esa noche nos fuimos a dormir a las seis de la mañana. Recuerdo que antes de acostarme, abrí la ventana que pegaba al mar y vi como el color sonrojado del sol ya amenazaba todo resquicio de mar que alcanzaba mis ojos y eran tan bello y sencillo lo que veía que hice una fotografía para inmortalizarlo.

Soy sonámbulo, y una hora y cuarenta y cinco minutos más tarde, me desperté con un fuerte golpe en el pecho que me puso en pie de un salto sobrenatural. Me quedé asustado, fuera de la cama, sintiendo como mis pies descalzos tocaban el suelo repleto de restos de arena de la playa. Mi amigo, con el que compartía habitación aquellos días, que como todos, sabe que soy sonámbulo, me dijo sin perder la calma: “Tranquilo ¿Qué pasa?” A lo que le respondí: “¡Alguien ha entrado! ¡Alguien ha entrado!” Cuando dije, o más bien, grité esas palabras, ya era medio consciente de lo que hacía y decía. Me di cuenta que estaba soñando, miré el reloj del móvil, 7.45 de la mañana, y volví a la cama para seguir durmiendo.


A  las nueve de la mañana, sonó mi móvil. Fui disparado a cogerlo para evitar volver a despertar a mi amigo. Al ver la pantalla, con los ojos más cerrados que abiertos, pude leer “Mi Viejo - Llamando”, y antes de descolgarlo, en un lapso de cinco segundos, pensé en un cumulo de posibles gilipolleces que podría decirme para llamar a esas putas horas, pero no llegué a una conclusión clara. Arrastre el botón verde del móvil táctil y escuché su voz; “¿Te he despertado?” y yo  con la voz quebrada de haber cantado la noche anterior todas las canciones de La Habitación Roja, respondí: “Joder…claro papá, sólo he dormido dos horas ¿Qué quieres?” Su voz cambió radicalmente. Llorando, me dijo que mi cuñado había tenido un paro cardiaco y antes de que llegara el SAMUR, él mismo le había dado puñetazos en el esternón para intentar reanimarlo sin ningún éxito. Cuando llegó la ambulancia, consiguieron volver a reactivar los latidos de su corazón. Demasiado tarde. La parada cardiaca había durado alrededor de quince minutos, lo que significaba que los daños cerebrales, si se despertaba del coma, iban a ser absolutos. Cogí el primer Ave que salía de Valencia y volví a casa.

A la mañana siguiente llevé a mis sobrinos, los hijos de mi hermana, a la piscina, comimos allí, y pasé el día haciendo subnormalidades para hacerles reír y tenerlos distraídos. Cuando llegó mi hermana, mientras llenaba de besos a sus hijos, me dijo: “Tengo que contarte un secreto”. Apenas hice caso, con los niños, aclamando a su madre a gritos, había tanto caos que ni me di cuenta de continuar lo que me quería decir. Al acabar la tarde, la recordé que tenía que contarme un secreto. Me miró seriamente y me dijo que no, que me lo había inventado, que ella no tenía consciencia de que me hubiera dicho tal cosa. Así que pensé que me lo había inventado. No le di importancia.

Un día más tarde, por la noche, me confesó que la tarde que se supone (según yo) que me dijo que tenía que contarme un secreto, horas antes, cuando había visitado a mi cuñado en la UCI, le dijo al oído que tenía que contarle un secreto de algo que le había sucedido, y que hasta que no se despertara, no se lo iba a contar. Me juró que ella no tenía ninguna consciencia de haberme dicho que tenía que contarme un secreto  porque de hecho, no quería contármelo, quería reservarlo a su marido cuando acabara todo ese jodido calvario. Mi hermana se asustó y me dijo que si yo saqué de ella (incomprensiblemente) que tenía un secreto, significaba que mi cuñado iba a morir y que tarde o temprano  tendría que contármelo. Mi hermana no se confundía; murió al día siguiente de que ella me desvelara la existencia de un secreto, que aún desconozco, y que tiemblo pensando que ahora es para mí.


Aún recuerdo que mientras escuchaba los sollozos de mi padre en el móvil, le interrumpí diciendo “¿A qué hora ha pasado esto?” Sin dudar ni un segundo me respondió, y escuché a través del auricular la respuesta que no quería escuchar; “Cuando miré el reloj eran las 7.45”. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y el móvil se me cayó al suelo.

En ese momento entendí  que los golpes insistentes de mi padre contra el esternón de mi cuñado, atravesaron, de alguna forma inexplicable, también mi pecho. Inconscientemente dije “¡Alguien ha entrado! ¡Alguien ha entrado!” y a fuerza de los golpes de mi padre, una parte de mi cuñado, se trasladó en el instante que desperté, entró dentro de mi alma y ahora se sustenta sobre mis huesos hasta que me muera.

@HoldenCenteno

15 comentarios:

  1. Holden, estaba ansiosa por leer tu nueva entrada y me has dejado sin palabras. Un escalofrío me ha recorrido todo el cuerpo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que haya cumplido sus expectativas,

      Un saludo E,

      @HoldenCenteno

      Eliminar
  2. Aún a riesgo de sonar retorcida, esta historia me gusta mucho más que cualquier otra historia de mujeres (sea la chica de los planetas, sea la chica tatuada, sean todas la misma o sean todas diferentes). Me encantó, Holden.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es nada retorcida, agradezco tu comentario y me alegra saber que te haya gustado más que cualquier otra,

      Saludos,

      Eliminar
  3. Conforme iba leyendo la historia se me iba poniendo la piel de gallina y al conocer el final me ha venido un sentimiento de tristeza enorme. No creo que pueda escribir un comentario al nivel de su entrada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La canción de la entrada es precisamente para no entristecerse,

      Saludos,

      Eliminar
  4. Querido Holden: Ansiaba leerte de nuevo y la verdad es que esta historia me ha gustado mucho. En lo personal, creo que nuestros seres queridos a veces tratan de transmitirnos de alguna forma que van a morir, algunos somos más susceptibles para recibir ese tipo de información que otros. De todas formas, lamento la muerte de tu cuñado y que tu hermana haya enviudado, así como tus sobrinos hayan perdido a su padre, pero es bueno que cuenten contigo en sus vidas, de seguro ese es el motivo de que tu cuñado te haya elegido como una especie de canal por que sabía que te podía confiar el cuidado de sus seres más preciados. Keep writing.
    P.D: Gracias por acercarme a músicos y canciones de los cuales no sabía de su existencia.
    Saludos cordiales desde Argentina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario,

      "Acá" tenemos grandes artistas que con su música, sustentan nuestras emociones,

      Saludos desde otro lado del mundo,

      Eliminar
  5. Bienvenidos a la nave del misterio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con la colaboración de Iker,

      Me gusta y a la vez me jode cuando está usted inexpresivo,

      Saludos,

      Eliminar
  6. Buenas, Holden.
    A medida que iba leyendo la entrada, pensaba ''Hmm, no es de las mejores de Holden, hmm, no lo es...'', quizás porque se me da mal creer en el tipo de experiencias que usted cuenta. Pero me es difícil discernir entre realidad y ficción, así que he llegado a la conclusión de que es mejor tomarlo todo como ficcional y valorar simplemente el relato. Me gusta, sobre todo ese giro que ha dado al final, ese flashback en el que desvela la ''conexión'' con su cuñado. Hacia la mitad de la historia mantiene al lector enganchado por saber cuál es el maldito secreto de su hermana, y entonces en el penúltimo párrafo nos suelta lo realmente importante del relato y se olvida de todo lo que acaba de contar. Me ha dejado con ganas de conocer el dichoso secreto, pero en verdad prefiero ese final a cualquier otro.

    Por cierto, siempre he pensado que los festivales como mejor se sufren y disfrutan es pasándolos en una tienda de campaña, con todos los dolores de espalda, calores sofocantes e incomodidades que eso conlleva.

    Un saludo,
    la anónima de Hitchcock

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada amiga:

      Yo soy de los que piensan que todas las historias siempre hay que verlas como historias de ficción por muy reales que sean. Así es como leo todos los libros que leo y cuanto más creo en la ficción, más creo en la realidad. Me alegro que le haya gustado el giro, significa que en realidad ha entendido la importancia del texto.

      No sé si habrá leído mi entrada "BSO", en ella hablo de mi experiencia en el camping del Low Cost. Después de aquello, prefiero dormir en una casa, como señoritos,

      Saludos,

      Eliminar
  7. Yo no me he debido enterar de nada, porque como decía la tía Susi "no tengo ni puta idea de nada y rayo la subnormalidad mental", pero de todas formas me ha encantado. Lo que me queda es que ahora tú tienes que estar ahí, con ellos, aportando una parte de lo que él ya no podrá aportar nunca.

    ResponderEliminar